lunes, 27 de febrero de 2012

Historia


Además de la becada, mi otra pasión cinegética es el rececho del corzo. 

Ron, mi primer teckel
Al poco de comenzar a practicar dicha modalidad, y dejando herido un corzo, me dí cuenta realmente de la importancia de tener al lado un perro para el rastro de sangre, para poder pistear los animales en caso de que se fueran heridos.

Debido a la falta de espacio con la que contaba en aquellos años, debía de tratarse de un perro de pequeño tamaño, pero a la vez valiente.

Tras consultar e informarme, me decanté por el teckel de pelo duro. Las razones fueron que se trata de un  perro pequeño pero con una gran vitalidad y personalidad, que junto a su carácter leal y cariñoso, hace que sea también un buen perro para casa. La unión de estos factores, hace que hoy en día  sea un compañero indispensable en mis jornadas de rececho.